Mientras que un amiga y yo andabamos en la ciudad el otro día, notamos a un hombre que venía por la acera. El tenía en su rostro un mal gesto, parecía que estaba enojado con todo el mundo.

Había una flor muy linda que crecía al lado de la acera, y al momento que llegó el hombre a esa flor, le dio una pateada muy dura. Cayó la flor a la tierra pero todavia todo estaba conectado.

Me dijo mi amiga, "¿Cómo podría una persona estar tan enojada con el mundo que destruía algo tan lindo como esa flor?" Parecía que la flor en verdad estaba muerta.

El Día siguiente pasamos de nuevo por la Acera, y la flor se había enderezado de nuevo.

¿Cómo puede ser esto? pregunté yo. Yo pensaba que la flor estaba muerta.

Me dijo mi amiga, es porque tiene raíces muy buenas y fuertes. No se muere muy fácil.

Así la reina Ester. Ella fue perseguida, y casi pierde hasta la vida, pero no se dio por vencida, fue valiente. Su fe estaba arraigada en Dios, y esto es lo que le ayudó a aguantar todas las pruebas que le vinieron. Su fe en Dios nunca se debilitó y fue salva ella y todo su pueblo.

Una Doncella verdadera es igual. Su fe está arraigada en Dios, y no importa lo que venga, Dios la sostendrá.

Reten firme lo tienes y tus raíces también serán firmes.

"He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona". Apocalipsis 3:11